En un país muy lejano vivía una hermosa niña de piel blanca como la nieve,labios rojos como la sangre, y cabellos
negros como el azabache; a la que llamaban Blancanieves. Vivía con su madrastra, una reina quien siempre estaba preocupada por ser la más guapa del
reino. Tenía un espejo mágico al que siempre preguntaba:
- ¿Quién es
la mujer más guapa del reino?
a lo que el espejo le contestaba
- Tú eres, la más hermosa de todas las mujeres del reino.
Los años fueron pasando y el espejo siempre decía que ella era la mujer más hermosa.
Hasta que un día la reina volvió a realizar la misma pregunta
al espejo, y este contestó:- Blancanieves es la más guapa del reino.
La reina muy enfadada buscó a un cazador y le ordenó
que llevase a Blancanieves al bosque y la matase. Pidió al cazador que le trajese el corazón
de Blancanieves en un pequeño cofre como prueba de que había cumplido su orden.
El cazador la llevó al bosque, pero no pudo matarla, sintió pena, ella era muy buena. Le dijo a Blancanieves que huyera, que se alejara de reina. Necesitaba un corazón para el cofre, así que buscó a un jabalí
y se lo entregó a la reina.
Blancanieves lloraba en el bosque hasta que encontró una casita. Cuando entró vio que todo era pequeño, estaba tan cansada que se quedó dormida sobre las siete camitas.
Blancanieves se despierta al llegar a casa los dueños de casa que eran siete enanitos que trabajaban en las minas. Les explicó porque estaba allí, que huía de la reina, y ellos decidieron ayudarla.
La reina volvió a preguntar al espejo mágico que quién era la más guapa
del reino. El espejo le contesta que era Blancanieves, que vivía y estaba en la casa de los enanitos.
La reina se dio cuenta que debía encargarse ella misma del Blancanieves. Se disfrazó de anciana y se fue a la casa del bosque.
Cuando encontró a Blancanieves le ofreció una manzana envenenada.
Cuando llegaron los enanitos encontraron a Blancanieves tendida en el suelo y creyeron que había muerto.
La colocaron en una urna de
cristal en el bosque y mientras estaban junto a ella apareció un príncipe montado a caballo. Cuando vio a Blancanieves se enamoró perdidamente de ella, la besó y volvió a la vida rompiendo así el hechizo de la reina malvada.
Los enanitos
bailaron alegres mientras Blancanieves se abrazaba con su príncipe.
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