Recuerdo que mi primer mascota fue un pollito, era muy pequeña cuando me lo regalaron y según me cuentan lo cogía del cuello al pobre pollo y lo llevaba pegado a mi pecho para todos lados. He tenido muchas clases de mascotas a la largo de mi vida, perros, loros, canarios, gusanos de seda y gatos...pero así como han aparecido se han ido.
Todas mis mascotas se iban a un sitio mejor, ninguna se murió, se iban de viaje, o a visitar a su mamá...la cosa es que ya no regresaban. De todos maneras, aunque mi familia me protegía de la muerte de mis mascotas, yo era muy bichera como me decían, y con mis amigos acogíamos mascotas que escondíamos en una casa abandonada, que estaba a medio construir. Una de las veces encontramos un pato, seguro no estaría bien de salud, no nos duró mucho, lo tuvimos escondido hasta que murió, así que lo enterramos en un terreno baldío en pleno verano. Los vecinos nos regañaban porque el pato olía por no estar lo suficientemente profundo enterrado.
Con esta anécdota lo que quiero trasmitirles es que muchas veces creemos que está bien decirle a nuestros hijos mentiras piadosas o blancas, pero la verdad es que no les hacemos ningún favor. Como les contaba nos dio pena la muerte del pato, pero es más fácil asumir que estaba enfermos, o tuvo un accidente, a que se fue y no volvió con nosotros.
Los niños y sus mascotas tienen un vínculo muy estrecho, sobretodo con aquellas mascotas con las que puede interactuar como los perros o los gatos. La muerte de cualquier ser amado duele, pero es algo a lo que deberán enfrentarse en cualquier momento. Por lo general, la muerte de una mascota es el primer contacto que tiene un niño con la muerte de un ser querido, es una ocasión para poder explicar, según la edad y su capacidad de entendimiento, la muerte.
Sí la mascota muere por ser viejita, pues podemos explicar el ciclo de la vida, que todos nacemos, vivimos y cuando estamos mayores morimos.
En el caso de estar enferma hay que decirle al niño, si lo que padece el animal es grave, así en caso de no superar la enfermedad, el peque está relativamente preparado para la pérdida.
Cuando el animal ha sufrido un accidente, podemos hacerle ver que hay que ir con cuidado en la calle, que no podemos dejar al animal salir de casa. Para que si vuelve a tener una mascota, tendrá cuidado y protegerá al animal.
Puede suceder que no hayan alimentado a la mascota, sobretodo las que no interactúan, como peces, tortugas... Sí a sido negligencia del niño que no ha sido responsable en el cuidado también es importante que lo sepa, porque debe rectificar este comportamiento si quiere volver a tener una mascota en un futuro. No queremos que el niño tenga sentimiento de culpa, encima que ha muerto su mascota, el sentimiento de culpa no le hará ningún bien. Pero si, decirle que los accidentes pasan, que sabemos que no es hecho con intención, pero que deberá tener más cuidado la próxima vez.
Los niños pueden reaccionar de diferente manera, en caso sentirlo mucho, de estar muy tristes, debemos dejar que el niño exprese sus emociones. Explicarle que es normal su reacción, que entendemos por lo que está pasando, que eran muy buenos amigos.
Podemos realizar una pequeña ceremonia, el niño puede aprovechar para dedicar unas palabras o simplemente será la forma de dar el último adiós.
Es probable que sea la primera vez que nuestro hijo sufre la pérdida de un ser querido y le surjan preguntas sobre la muerte. Le explicaremos con delicadeza para disipar sus dudas, también podemos pedirle al veterinario le explique que ha sucedido con su mascota.
Lo ideal es hablar con del tema de la muerte con naturalidad y normalidad, sin infundir temor, dar la oportunidad a que nos pregunten y responder de forma breve y simple.
Aunque sea algo triste de contar debemos hacerlo con claridad y mucho cariño.
Sí quieres pudes compartir la foto de tu mascota con nosotros aquí en comentarios o en Facebook.
Yo perdí hace poco a Bruno, así que le dedico este artículo para el.
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