Cuando una familia pasa por un divorcio, es una situación difícil, triste y de muchos cambios, sobretodo para los hijos, porque ellos no conocen la vida sin papá y mamá. En cambio mamá y papá, tenían otra vida, uno sin el otro hasta que se encontraron, se enamoraron y decidieron casarse.
Como todo cambio, nos guste o no, podemos enfrentarlo de dos maneras, una constructiva o destructiva.
Cuando lo hacemos de forma constructiva, a pesar de estar sufriendo, todo lo que hacemos es para salir adelante de la situación. Reorganizamos la vida que llevábamos en familia, quien se queda con los niños, los horarios, que hacer con la casa, los pagos...todo eso que teníamos en común, ahora debemos hacerlo juntos pero separados.
No importa la ultima gota que derramó el vaso, recordar que ambos fueron llenando ese vaso, así que estamos donde estamos y debemos ser adultos a la hora de resolver los conflictos.
Hijos que se enfrentan a un divorcio "sano", lo superarán sin traumas ni lastres emocionales. El amor y el respeto de esa familia ahora fracturada sigue ahí, les mantiene íntegros, y esa es una lección muy importante para ellos, no hay malos, no hay villanos, solo dos personas que ya no son felices juntas.
Lamentablemente esto no sucede a menudo, cuando Divorcio se presenta en una familia se apodera de los hijos. No toma en consideración que son los que mas sufren, tampoco le importa que participen de esa guerra tan cruel con tan poco años de vida.
Divorcio no sabe, o se olvida, que los niños no solo sufren por su situación, que les genera mucha inseguridad, sino que están sufriendo por mamá y papá. Las dos personas que más aman en este mundo se enfrentan ante ellos, posturas amenazantes, palabras que duelen en el corazón y ellos, no saben que hacer.
Este maltrato infantil por parte de alguno de los progenitores, que toman como rehén a sus hijos, se le llama Alienación Parental o Síndrome de Alienación Parental (SAP).
El profesor de psiquiatría Richard Gardner fue quien le dio el nombre, y trabaja como perito en divorcios conflictivos y utilizan el SAP como defensa. A este síndrome se le considera pseudocientífico por no reunir los criterios metodológicos científicos necesario, por lo tanto ha sido rechazado como entidad clínica por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología.
La alienación parental es un proceso en el que el progenitor a través de diferentes estrategias, obstruye o impide el vínculo del niño con el otro padre, y construye una relación en la cual, la victima que es el niño se vuelve su propio verdugo.
Este maltrato infantil por parte de alguno de los progenitores, que toman como rehén a sus hijos, se le llama Alienación Parental o Síndrome de Alienación Parental (SAP).
El profesor de psiquiatría Richard Gardner fue quien le dio el nombre, y trabaja como perito en divorcios conflictivos y utilizan el SAP como defensa. A este síndrome se le considera pseudocientífico por no reunir los criterios metodológicos científicos necesario, por lo tanto ha sido rechazado como entidad clínica por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología.
La alienación parental es un proceso en el que el progenitor a través de diferentes estrategias, obstruye o impide el vínculo del niño con el otro padre, y construye una relación en la cual, la victima que es el niño se vuelve su propio verdugo.
Ejercer influencia negativa en el pensamiento de los hijos, de forma repetida, provoca el rechazo hacia el otro padre. Este tipo de conducta para hacer daño a su ex-pareja solo afecta a los niños, ellos son los que sufren.
El progenitor alienador puede ser es la mamá, que es con la que conviven, por lo general después de una separación. Pero también puede ser el padre, que aunque no conviva con los niños induce el hostigamiento permanente, por lo cual el niño pierde el respeto de la persona con la que convive, su madre. Fuera de los progenitores también están las abuelas/os, tías/os que llegan a desempeñar un papel importante a la hora de influenciar de manera negativa al niño.
Comportamiento de un alienador:
Os preguntáis por qué un progenitor quiere dañar la relación de su hijo con el otro.
El progenitor alienador puede ser es la mamá, que es con la que conviven, por lo general después de una separación. Pero también puede ser el padre, que aunque no conviva con los niños induce el hostigamiento permanente, por lo cual el niño pierde el respeto de la persona con la que convive, su madre. Fuera de los progenitores también están las abuelas/os, tías/os que llegan a desempeñar un papel importante a la hora de influenciar de manera negativa al niño.
Comportamiento de un alienador:
- Desvalorizar e insultar al otro progenitor, o a su nuevo cónyuge, delante del hijo.
- No pasar llamadas, mensajes o regalos, etc., a los hijos.
- Justificar y reforzar los comportamientos despectivos por parte del niño al otro progenitor.
- Impedir el derecho a visita.
- No comunicar sobre actividades que participan los hijos (escolares, deportivas, etc.)
- Mentir a los niños sobre el progenitor para asustarles, o quedar como victima y así lograr major empatía del niño.
- Incluir a familiares y amigos en los ataque al progenitor.
Os preguntáis por qué un progenitor quiere dañar la relación de su hijo con el otro.
Falta de control: no pueden gestionar su ira, el enfado es tan grande que no son capaces de separar los problemas de pareja de la función que tienen como padres.
Dependencia: Problemas de autoestima reflejan una dependencia hacia la otra persona.
Falta de Empatía: No son capaces de ponerse en el lugar ni del niño, ni de su ex-pareja, en lo que sienten ni en lo que puede estar sufriendo.
Sufrir algún tipo de trastorno.
0 comentarios:
Publicar un comentario